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Juego compulsivo

¿QUÉ ES EL JUEGO COMPULSIVO?

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LA ADICCIÓN AL JUEGO ES UNA ENFERMEDAD DE BASE PSICOLÓGICA, MUCHAS VECES ASOCIADA A UN TRASTORNO DE LOS IMPULSOS, QUE LLEVA A LA PERSONA A PERDER EL CONTROL SOBRE SU VIDA. LA LUDOPATÍA AFECTA TANTO AL COMPORTAMIENTO COMO AL PENSAMIENTO, LLEVANDO A LA PERSONA A MENTIR, A OCULTAR O A NEGAR (MUCHAS VECES HASTA A SÍ MISMO) LA PROFUNDIDAD DE SU COMPULSIÓN Y DE SU PADECIMIENTO.

Al margen de no estar relacionada con el consumo de un tóxico -como es el caso de la drogadicción o del alcoholismo- es sabido que el juego compulsivo produce una sensación narcótica, de desligamiento del mundo y de sus responsabilidades, lo cual deriva en estados posteriores de depresión y desesperanza, o de furia y brutalidad.

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¿QUIÉN ES UN ADICTO AL JUEGO?

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Sencillamente, un ludópata es una persona que no puede dejar de jugar. Quizás pueda detenerse por un día, por una semana o hasta por un mes… pero siempre recae en el mismo patrón negativo de conducta. No lo detiene ni siquiera la evidencia obvia de las consecuencias nefastas del juego sobre su vida personal y social. El adicto niega esta evidencia. Tapa (o intenta tapar) los resultados negativos del juego con más juego. Busca recuperar con el juego lo que el juego mismo le quitó. Se enoja con todos menos con el juego. Desafía para perder, busca quedarse vacío, atontado, alienado de monedas y de fichas de colores, anestesiando cada día, olvidando sin nunca poder olvidar del todo.

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PENSAMIENTO MÁGICO

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El ludópata busca ganarle a lo que no se le puede ganar: al azar. Para tal propósito, las justificaciones que debe darse (y darle al resto) suelen estar basadas en una manera de pensar que llamamos de “pensamiento mágico”. Las excusas dadas para su comportamiento compulsivo son evidentemente falsas pero siempre convincentes; al menos en apariencia. Juega, por ejemplo, porque debe recuperar el dinero que perdió la noche anterior… jugando. Juega, por ejemplo, porque ni sus hijos ni su mujer quieren volver a verlo… por ser un jugador. Se produce una narcosis, una especie de delirio, que amenaza con la locura, que encierra cada vez más al jugador en su telaraña de mentiras.

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FAMILIARES DE ADICTOS AL JUEGO

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La ludopatía suele ser de difícil detección. Pensemos que se trata de una actividad legal, completamente legal, que no incluye ningún tóxico evidente. Se dirá que el alcohol también es legal, pero a diferencia del juego, su exceso está reglado y hasta prohibido. Con los juegos de azar sucede lo contrario: desde las maquinarias comerciales se potencia su exceso. No se pena el exceso, no se lo legisla, o siquiera se piensa en hacerlo. Sino que se lo potencia y publicita.

No obstante ser de difícil detección, podemos pensar algunos indicadores de su presencia. El ludópata suela tener un manejo confuso de su economía, con momentos de extrema pobreza o de “riquezas” instantáneas. El trabajo, el estudio, la vida social y familiar siempre se encuentran afectadas: desapariciones, robos, gastos inexplicables, etc. El ludópata se encierra, desaparece, apaga su teléfono celular para no ser “molestado” en su narcosis del juego. Debemos estar atentos, más que nada, al sufrimiento psicológico siempre presente y obvio si se sabe dónde mirar.

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¿CURA O RECUPERACIÓN?

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Se piensa a la adicción como una enfermedad de la cual es posible recuperarse, pero nunca curarse. Debemos estar atentos a esta distinción. La persona que se comprometa con un tratamiento probablemente logre llevar una vida completamente normal siguiendo, tan solo, algunos pocos principios básicos. De otro modo, es seguro que el juego compulsivo lo lleve de alguna u otra manera a la ruina psicológica. Aquí no basta la voluntad ni el deseo de cambiar vacío de acciones. Como con cualquier otra enfermedad, la única voluntad que se precisa es la de acercase a un tratamiento y pedirle ayuda a un profesional de la salud. En la adicción no hay historias de valientes solitarios: hay testimonios de personas humildes que se rindieron a lo que nunca podrían haber vencido con fuerza o con soberbia. Hay, simplemente, pruebas de humildad.

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